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La ciberseguridad en la Quinta Revolución Industrial

Participe en una conversación sobre los efectos de los cambios rápidos en la sociedad y los negocios, que han impulsado el desarrollo de una ciberseguridad mejor y más efectiva.

Imagine cómo sería su vida sin ordenadores ni otros dispositivos digitales que ahora damos por supuestos. Si hiciera inventario, ¿cuántos dispositivos tiene en su empresa y en su casa? ¿Y cuántos lleva encima ahora mismo? Ahora piense en la experiencia de generaciones anteriores: entretenimiento, viajes, comunicaciones, e incluso cosas tan sencillas como leer un periódico o un libro.

Las revoluciones industriales cambian vidas y brindan excelentes oportunidades de crecimiento tanto para los individuos como para la sociedad. Hasta el momento, hemos vivido cinco. La primera de ellas empezó alrededor de 1750, y la quinta hace tan solo unos años. Por tanto, tenemos gran experiencia tanto en reconocer sus efectos como en aprovechar sus ventajas. Además, somos expertos en evolucionar a partir de las enormes disrupciones que causan.

La Primera y la Segunda revolución: La evolución de las industrias

La Primera Revolución Industrial fue el presagio de una enorme ola de innovación. Las fábricas brotaron rápidamente en las grandes ciudades y se empezaron a fabricar más productos que nunca. Sin embargo, a medida que aumentaba la productividad, el número de puestos de trabajo disminuía, y la calidad de vida de determinados segmentos de la sociedad cayó en picado. Finalmente, la sociedad (y la economía) solventaron la falta de trabajo con nuevos puestos que servían a las nuevas industrias pesadas. Las empresas necesitaban más trabajadores cualificados para construir las máquinas que producían más máquinas. Como resultado, regresaron los puestos bien remunerados, y la sociedad se recuperó.

Después, sin embargo, vino la Segunda Revolución Industrial, también conocida como Revolución Tecnológica, porque dio lugar a una fase de rápidos descubrimientos científicos y de estandarización industrial. Desde finales del S. XIX hasta buena parte de principios del S. XX, la producción en masa transformó las fábricas en catalizadoras de la productividad. Como resultado, mientras sufríamos una nueva fase de pérdidas de trabajo y agitación social, también vimos un aumento del número de trabajadores cualificados y puestos de trabajo mejor remunerados, que permitieron a los trabajadores disfrutar de mejores hogares y de una mayor movilidad.

La Tercera y la Cuarta revolución: La evolución de la sociedad moderna

La Tercera Revolución Industrial empezó a finales del S. XX, cuando la necesidad de una mejor automatización impulsó la llegada de la electrónica, posteriormente de los ordenadores, y a continuación la invención de Internet. Los avances tecnológicos marcaron el inicio de una transformación económica fundamental, que vino acompañada de una mayor volatilidad. Además, los nuevos métodos de comunicación convergieron con la rápida urbanización en todo el mundo y los nuevos regímenes energéticos, como las fuentes renovables.

Después vino la Cuarta Revolución Industrial, que algunos consideran que duró hasta poco antes de la pandemia. Los avances tecnológicos del periodo anterior facilitaron la introducción de la computación personal, los dispositivos móviles y el Internet de las cosas (IoT), que nos forzaron a redefinir los límites entre el mundo físico, el digital y el biológico. Los avances en la inteligencia artificial (IA), la robótica, la impresión 3D, la ingeniería genética, la computación cuántica y otras tecnologías se sumaron a las presiones sociales que desdibujaron las fronteras tradicionales hasta el punto de crear confusión.

La Quinta Revolución Industrial: La fusión social

Muchos pensadores globales creen que nos encontramos en plena Quinta Revolución Industrial, en la que se han inaugurado nuevos parámetros de productividad, que van más allá de la medición del rendimiento de los humanos y las máquinas en el lugar de trabajo. Estamos presenciando la fusión entre las habilidades humanas y las eficiencias de las máquinas en este contexto. Las esferas física, digital y biológica son ahora intercambiables y están entrelazadas. Por tanto, no se trata solo de conectar a las personas con máquinas, sino también de conectar los dispositivos con otras máquinas, todo ello en aras de la creatividad y la productividad humanas.

Un aspecto extraordinario de la Quinta Revolución Industrial es que se está produciendo a una velocidad sin precedentes. Por ejemplo, las redes remotas y las comunicaciones inalámbricas aumentaron enormemente como consecuencia de la pandemia de COVID, ya que el trabajo desde casa se volvió habitual para el personal occidental, con la consecuente fusión entre el trabajo y el hogar. De igual forma se fusionaron también la educación y el hogar. No obstante, otras fusiones no resultan tan fáciles de diferenciar, como la información y la desinformación, las noticias y la propaganda, las acciones políticas y el terrorismo, etc., lo cual se traduce en una fusión entre el crimen y la ciberseguridad.

Descubra y explore los efectos de la Quinta Revolución Industrial y de la ciberseguridad

Curiosamente, un porcentaje muy alto de ataques de ransomware tienen éxito porque las personas se saltan o ignoran los protocolos de ciberseguridad, simplemente porque no creen que vayan a ser víctimas de un ataque. Desafortunadamente, puede decirse lo mismo de las organizaciones que aún no han priorizado la actualización de su tecnología de seguridad. Muchos propietarios y directivos no entienden las amenazas y creen que solo las empresas más grandes sufren ataques de ransomware. Hay informes de amenazas actuales que demuestran que la tendencia a no implementar una solución de ciberseguridad más eficaz es errónea, y que es lo que está causando más problemas.

La pregunta de los 10,5 billones de dólares (coste estimado anual del cibercrimen para el año 2025) es cuánto esfuerzo vamos a invertir para corregir esta tendencia. El cibercrimen es una de las consecuencias más complejas de nuestras “revoluciones.” Debido al aumento de nuevas amenazas, la tecnología y el comportamiento están evolucionando rápidamente. Tomar responsabilidad e implementar nuevas tecnologías de ciberseguridad nos ayudará a mitigar los riesgos actuales.

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